Respondamos a esa pregunta con razones claras, concretas y concisas. Hablemos sin tapujos y con realismo:
1: Porque cada vez atrae menos seguir una vocación en una Iglesia cada vez más secularizada
2: Porque ante la exaltación del laicado un candidato al sacerdocio se llega a preguntar para que sirve un sacerdote en la Iglesia
3: Porque al sacerdote se le trata como un “potencial culpable” de abusos y, caso de acusación, en vez de esperar a que se demuestre su culpabilidad se le obliga a demostrar su inocencia, en una línea de absoluta inversión de los principios generales del derecho (como la presunción de inocencia)
4: Porque la perspectiva futura, al ordenarse, supone estar en la diana de los calumniadores sin el amparo de los que, desde la jerarquía, deberían protegerle de las falsas acusaciones
5: Porque desde la más alta jerarquía de la Iglesia se critica de forma ácida, una y otra vez, al sacerdote que se “atreve” a ser tradicional
6: Porque ante el deseo de formarse con el pensamiento filosófico cristiano (santo Tomás y su escuela) se encuentran los candidatos en la tesitura de soportar, estudiar….y aprobar (haciendo de tripas corazón) toda la bazofia de la filosofía personalista que sustituye a DIOS por el ser humano como centro y casi causa del mismo DIOS
7: Porque si el candidato desea legítimamente celebrar según la liturgia milenaria tradicional, deberá esperar un permiso de Roma para oficiar la Misa tradicional con el agravante de ver como no se pone cortapisa alguna a celebraciones pseudoprotestantes o directamente payasescas
8: Porque si al ordenarse desea el candidato ejercer su misión con la prioridad de la Gloria de Dios y la salvación de las almas se encontrará con la etiqueta inmisericorde de ser un cura “poco cercano” con el pueblo
9: Porque constatará que la enseñanza sobre el celibato deja en la práctica de considerarse un DON para arrojarse al estéril debate sobre su necesidad
10: Y porque si quiere ser sacerdote para entregarse a CRISTO será corregido, no de forma expresa pero si tácita, para re-ubicarlo mentalmente en una entrega a la humanidad por la justicia social, el clima, la ecología y los valores humanos.
En definitiva: se vacían los seminarios porque parece que NO merece la pena una entrega con estas “condiciones”.
Fuente: Adelante la Fe