Discurso del Santo Padre a los participantes en el V Curso Internacional de Formación de Capellanes Militares Católicos en Derecho Internacional Humanitario.
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“El respeto de la dignidad y de la integridad física de la persona humana, no puede ser tributario de las acciones realizadas, sino que es un deber moral al que está llamada toda persona y toda autoridad”, lo dijo el Papa Francisco en su discurso a los participantes en el V Curso Internacional de Formación de Capellanes Militares Católicos en Derecho Internacional Humanitario. Evento organizado por la Congregación para los Obispos y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y que se desarrolló en Roma del 29 al 31 de octubre de 2019.
No considerar al otro como un enemigo
El Santo Padre al dar la bienvenida a los participantes en este Curso que tuvo como tema “La privación de la libertad personal en el contexto de los conflictos armados. La misión del Capellán Militar” y que se celebró en el contexto del 70º Aniversario de los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, recordó que, “hace cuatro años, al recibir a los participantes de la anterior edición de este Curso de Formación, subrayaba la necesidad de rechazar la tentación de considerar al otro como un enemigo al cual destruir y no como una persona, dotada de dignidad intrínseca, creada por Dios a su propia imagen. También – en aquella ocasión cita el Papa – insté a que recordáramos siempre, incluso en medio de las laceraciones de la guerra, que todo ser humano es inmensamente sagrado”.
Violaciones de los derechos fundamentales
En este sentido, el Santo Padre renovó su exhortación y dijo que hoy este tema asume un significado más intenso teniendo en cuenta el contexto actual y la situación de las personas privadas de libertad personal por motivos relacionados con los conflictos armados, ya que la vulnerabilidad debida a las condiciones de detención se ven agravadas por el hecho de que se encuentran en manos de las fuerzas de combate adversarias. “No es raro ver que, las personas detenidas en el contexto de conflictos armados son víctimas de violaciones de sus derechos fundamentales, entre los cuales abusos, violencia y diversas formas de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes”.
Pagan con sus vidas su consagración
Al mismo tiempo, el Papa Francisco recordó en este contexto a los tantos civiles que son secuestrados, desaparecidos e incluso asesinados, entre ellos hay también muchos religiosos y religiosas, afirmó el Pontífice, de los que no tenemos noticias o que han pagado con su vida su consagración a Dios y al servicio de la gente, sin preferencias ni prejuicios de banderas y nacionalidad. “Les aseguro mi oración por todas estas personas y sus familias – agregó el Papa – para que siempre tengan el valor de seguir adelante y no perder la esperanza”.
La dignidad humana en los conflictos armados
El Santo Padre reflexionando sobre el derecho internacional humanitario dijo que, este contiene numerosas disposiciones sobre la protección de la dignidad de los detenidos, especialmente en lo que respecta al derecho aplicable a los conflictos armados internacionales. “El fundamento ético y la importancia crucial de estas normas para la protección de la dignidad humana en el trágico contexto de los conflictos armados significa que deben ser respetadas y aplicadas de manera adecuada y estricta. Esto también se aplica a las personas detenidas, independientemente de la naturaleza y gravedad de los crímenes que puedan haber cometido. El respeto de la dignidad y de la integridad física de la persona humana, en efecto – precisó el Pontífice – no puede ser tributario de las acciones realizadas, sino que es un deber moral al que está llamada toda persona y toda autoridad”.
Ministros del hombre y derechos fundamentales
Asimismo, dirigiéndose a los Ordinarios y Capellanes Militares, el Papa Francisco los invitó, a seguir adelante en su misión de formar las conciencias de los miembros de las fuerzas armadas, a no escatimar esfuerzos para que las normas del derecho internacional humanitario sean aceptadas en el corazón de los que les han sido confiados. Porque se trata, dijo el Papa, “de ayudar a esa porción particular del Pueblo de Dios confiada a vuestro cuidado a identificar en el patrimonio común que une a todos los hombres, y que tiene su origen ya en la ley natural, aquellos elementos que pueden llegar a ser un puente y una plataforma para el encuentro con todos. Los ministros de Cristo en el mundo militar son también los primeros ministros del hombre y de sus derechos fundamentales”.
Formar personalidades abiertas
Por ello, el Santo Padre recordando el Concilio Vaticano II que define a los militares como “ministros de la seguridad y de la libertad de los pueblos”, resaltó el trabajo preventivo que se realiza, ya que es un trabajo educativo, complementario al de las familias y comunidades cristianas. “Se trata de formar personalidades abiertas a la amistad, a la comprensión, a la tolerancia, a la bondad y al respeto de todos – precisó el Pontífice – jóvenes atentos al conocimiento del patrimonio cultural de los pueblos, comprometidos con la ciudadanía universal, para favorecer el crecimiento de una gran familia humana”.
Santa Sede y Derecho Internacional
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco señaló que, el 12 de agosto de 1949 se firmaron en Ginebra los Convenios para la protección de las víctimas de guerra. “En este 70º Aniversario, deseo reafirmar la importancia que la Santa Sede concede al derecho internacional humanitario y expresar la esperanza de que las normas que contiene se respeten en todas las circunstancias”. Allí donde sea oportuno, concluyó el Pontífice, deberían aclararse y reforzarse aún más, especialmente en lo que respecta a los conflictos armados no internacionales y, en particular, a la protección de la dignidad de las personas privadas de su libertad personal por razones relacionadas con esos conflictos.
Fuente: vaticannews