“La asistencia espiritual de los militares es algo que la Iglesia ha querido cuidar siempre con extraordinaria solicitud según las diversas circunstancias. Ciertamente éste constituye un determinado grupo social “por las condiciones peculiares de su vida”, bien porque forman parte de las Fuerzas Armadas de forma voluntaria y estable, bien porque son llamados a ellas por ley para un tiempo determinado, necesitan una concreta y específica forma de asistencia espiritual”… (Constitución Apostólica Spirituali militum curae, del Sumo Pontífice Juan Pablo II, sobre la asistencia espiritual a los militares).
Mensaje Pastoral
Emmo, Sr. Cardenal Carlos Aguiar Retes. Arzobispo Primado de México.
Queridos Soldados: ¡sean hombres y mujeres de Paz! Dijo el Papa San Juan Pablo II con energía en el Jubileo de las fuerzas armadas antes de despedirse de los militares que se reunieron en la Plaza de San Pedro del Vaticano para celebrar su jornada Jubilar Entre la lluvia persistente que no le quitó brillo a la fiesta se reunieron más de 100,000 militares y policías acompañados por sus familias, representando a más de 49 países de todos los continentes.
La trompeta anunció los momentos litúrgicos más importantes, ha sido una de las maniobras más representantes de la historia.
El Arzobispo Castrense de España Dn. José Manuel Estepa Llaurens les dijo a los participantes del Jubileo: los militares y policías necesitan la luz de Dios para poder cumplir con la tarea que les confía la sociedad y el Estado: defender la seguridad del propio pueblo y defender la paz entre las naciones, salvaguardando al mismo tiempo el orden, y la convivencia entre los ciudadanos.
Para ofrecer una visión cristiana del papel de las fuerzas del orden y seguridad el Papa explicó que la paz es un derecho fundamental de todo hombre que ha de ser promovido continuamente. Este derecho comparta de todo hombre que ha de ser promovido continuamente. Este derecho comporta iniciativas concretas para desarmar al agresor. “injerencia humanitaria” y que se está convirtiendo en uno de los compromisos principales de los ejércitos del mundo.
Al final Karol Wojtyla cuyo padre era militar de carrera del ejército austro-húngaro reconoció: no es fácil ser familiar de un militar, pues es necesario también compartir las molestias que comporta su misión.
Este manual que la Pastoral de las Fuerzas Armadas en la Arquidiócesis de México ha preparado quiere ser un instrumento de esperanza para aquellos que en su momento lo necesiten.
Con mi Bendición para ustedes y sus familias.
Dedicatoria:
“En las Fuerzas Armadas de México, hay muchos hombres y mujeres en uniforme, llenos de la fe en Jesús que aman la verdad, que quieren promover la paz y que se comprometen como verdaderos discípulos de Cristo”
Emmo, Sr. Cardenal Carlos Aguiar Retes.
Arzobispo Primado de México.